Como se nota que se acercaba el cumpleaños de las pequeñas. Estaban muy risueñas y mucho más espaviladas que antes. Se lo pasaban en grande jugando con nosotros!
El día de su cumpleaños (mejor dicho, nuestro cumpleaños) fue un día muy caótico. Yo trabajaba hasta tarde y Ben no se podía ocupar de las niñas, su cansancio y de un montón de invitados gorrones. Era imposible, las niñas no paraban de llorar pero lograron calmarse un poco y poder dar paso a la pequeña celebración.
Primero Bianca
Y después Berta dejó atrás los pañales.
Cuando llegué era demasiado tarde, me había perdido el crecimiento de mis pequeñas, así que fui al huerto rápidamente a ver si les podía hacer algo rico para comer. Cuando de pronto...
Me tocó a mi también, con la emoción del cumpleaños de Berta y Bianca se me olvidó por completo que también era el mio. Entré en la crisis de la madurez y por eso decidí dar un pequeño cambio de look, no muy drástico pero un cambio al fin y al cabo.
La crisis de la madurez me vino por un motivo... Tenía unas patas de gallo que no se las saltaba un camión!
Volviendo a lo que interesa, querido diario. Eran unas niñas muy tranquilas, justo lo que no habían sido durante su etapa infante.
A Bianca le apasionaba el mundo de la lectura, el ajedrez, la astronomía y sobretodo... la ciencia.
Berta, en cambio, era como más bohemia. Se pasaba horas y horas pintando cuadros. Unas verdaderas obras de arte! (¿Qué voy a decir yo? Amor de madre)
Pese a sus diferencias en lo que a hobbies se refería, eran unas gemelas muy gemelas, es decir, se pasaban todo el día juntas jugando...
Comían juntas...
Incluso sacaban tiempo para hacer bromas.
¿Y Ben?
Ben simplemente era un padre fantástico.
Continuará
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